La Comunidad de Madrid, en su línea de recortar servicios y empleados
públicos en todos los ámbitos, ha anunciado ahora, mediante un comunicado a
las organizaciones sindicales con representación dentro del profesorado de
religión, para que sean éstas, sin que haya habido negociación alguna, quienes notifiquen las malas noticias con lo que supone de desprecio para con los interesados, un nuevo tijeretazo en la escuela pública, disfrazado con el
consabido y recurrente “ajustes en las necesidades de los centros”. ¡Viva el
carnaval con sus disfraces!... Porque cualquier parecido con la realidad es pura
coincidencia.
Un año más, las necesidades de los centros, pero sin consultar a los
centros educativos y sus equipos directivos; por aquello del ilustrado carnaval
de “todo para el pueblo pero sin el pueblo”, se convierten en coartada para
hacer de su capa un sayo y realizar una previsión, para el curso escolar
2013/2014, en la que se reducen las jornadas de trabajo, previsiblemente, a
175 profesores, oscilando entre un tercio hasta el ciento por ciento de su
jornada, con la consecuente reducción de retribuciones, e incluso de la pérdida
del puesto de trabajo.
Nueva agresión a los empleados públicos y en concreto a los profesores
de religión, que pone de manifiesto cuán lejos está, de hecho y no de palabras, la Consejería de Educación de mejorar las necesidades reales de los centros, y que su afán, caiga quien caiga, está en otros lares e intereses que no son los de la ciudadanía.
Con estas previsiones, realizadas al calor de un confortable despacho
con las carnes prietas a un sillón y el estómago agradecido de viandas, se ahorran más de dos millones de euros que, pese a todo no irán a parar a otras
partidas sino a cuadrar unas cuentas inconfesables.
Estos son los “sacrificios” que se nos imponen, no para salir de la crisis -
en la que meten aún más a estos profesores- sino para seguir contando con
sus privilegios.
USIT-EP
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