martes, 4 de septiembre de 2012

Contestación respecto al artículo publicado en “El Plural”.

Me llamo José Félix Izarra. Soy profesor de religión y no escondo el nombre, como hace el "alto cargo de UGT". La vergüenza es hablar de un tema con el auditorio comprado, desde el absoluto desconocimiento de la legislación concurrente a los profesores de religión. Somos empleados públicos con contrato laboral indefinido y como marca la LOE equiparados en las retribuciones a los interinos. 
No somos funcionarios, sino que el modo de contratación va anejo a la relación laboral. El contrato indefinido incluye todos los meses, ¿hay que explicarlo? No es el estado, ni la jerarquía los que han propiciado esta situación, sino la normativa europea que obligó al estado a cumplir con derechos laborales fundamentales de no concatenación de contratos de duración determinada. 
A mí no me ha nombrado profesor ningún obispo. Siempre lo ha hecho la administración. El responsable eclesial de turno, lo único que hace es declarar la competencia curricular del profesor, porque el estado no tiene los medios docentes para hacerlo. (Ver la ley de la Función Pública) Nadie nos ha regalado nada. 
Todo se ha ganado desde la lucha sindical frente a la administración y la arbitrariedad política y jurídica, no desde el gracioso dedo milagrero. Somos un colectivo secularmente atacado por propios y extraños (Los obispos no nombran, pero les dejan ser patronos a efectos de despido) y hemos aprendido a luchar desde abajo, no desde el amparo de la subvención estatal. 
Me asombra el dato de que cada año los obispos colocan a dedo miles de educadores...que cuestan cientos de millones de euros... ¿Por qué no se acerca a los actos públicos de la administración -sería su función sindical- donde cada año se quedan sin trabajo profesores (no sé si la intención de llamar educador pretende rebajar el currículo académico, a menudo superior a muchos compañeros ) de religión sin que los obispos muevan un dedo por defender esos puestos? ¿Dónde están los datos de esos nuevos y millonarios nombramientos de tantos cientos de millones? Soy el primero en denunciarlo como sindicalista. 
Se equivocan los que creen que para defender a un trabajador se debe atacar a otro. Pero si además se hace desde el a- criticismo, la demagogia y la falta de escrúpulos- joder por joder a lo que no me gusta y desconozco- a eso se llama fanatismo ciego. 
Si quiere atacar a la jerarquía, que nos dejen en paz a los que desde el principio hemos estado en la lucha contra los recortes. Recortes que sí nos aplican exactamente igual que a los demás. Nos quitan lo mismo que a los funcionarios. El enemigo es la administración ciega. No inventemos otros y seamos menos dogmáticos.
No tengo vergüenza ninguna en defender lo público, la solidaridad con los interinos a los que no condeno yo, sino la errónea política de recortes, y la lucha contra la política rastrera de la Comunidad de Madrid y de los gobiernos asociados a la política económica neoliberal, inhumana e inmoral. 
Además incluyo la defensa de los profesores de religión, que por culpa de los recortes, estarán también este curso en el paro. Antes de que empezaran muchos compañeros funcionarios a darse cuenta de los recortes, a nosotros, yo mismo soy afectado, nos pusieron de conejillos de indias un par de años antes. 
No recuerdo ver a ningún sindicato, entonces aún bien pagados, salir en la defensa del colectivo. Ya entonces algunos dijimos los de las “barbas del vecino...”
Animo al compañero de UGT a informarse, corregir criterios, no difamar y ser un “hombre de conciencia honesta, para que la fuerza mayoritaria del movimiento obrero crezca en conciencia”
José Félix Izarra. Profesor de religión y sindicalista. 
http://usitep.es/usitep/varios/El%20Plural%20y%20contestacion.pdf

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